La polémica está servida. La que fue una heroína para la natación sincronizada en nuestro país, ha pasado a ser la mala de la película.
No quiero centrarme en lo qué pasó porque supongo que ya lo habréis seguido en las noticias, lo que me cuestiono es por qué esta mujer no está asesorada por un gabinete de comunicación. Porque desde mi humildad, creo que no se pueden hacer peor las cosas. Su caso es de manual de carrera de la asignatura de comunicación de crisis.
Aunque hace algunos años que la acabé, la experiencia en otras empresas y básicamente el sentido común, me dice que se ha de hacer caso omiso ante esta situación y no entrar al trapo, que es lo que la gente espera.
Sin juzgarla, me centro en la manera de actuar de Tarrés. Es denunciada por 15 nadadoras que la acusan de trato vejatorio, maltrato psicológico con supuestas lindezas como “Trágate tus vómitos, o si quieres salir vete a tu casa y no vuelvas más” ( a una nadadora que le solicitaba salir de la piscina tras estar 5h y sentirse mareada). Y después de esto, Tarrés en un momento de lucidez (con máxima ironía) denuncia a la Federación por supuesto complot en contra de su persona…No tiene ningún sentido.
En mi opinión, y con la ayuda de unos buenos abogados, tendría que haber escrito una carta admitiendo que los entrenos eran duros, que la presión ha podido ser la culpable de algún que otro tono de voz desafortunado…bla bla bla…Echarse un poco las culpas, pedir perdón y punto y final. El tema moriría solo tarde o temprano. Además, los trapos se lavan en casa, y sino en los juzgados, no en los medios de comunicación. Mirar que inteligente ha sido Gemma Mengual al no querer hacer declaraciones al respecto (porque le interesa mantener la compostura ya que será la nueva directora técnica del equipo español de natación y porque debe estar bien asesorada).
Tristemente, el deporte de élite siempre ha ido rodeado de esta polémica de supuestos entrenos casi militares, y trato humillante de los entrenadores. Sino que le pregunten a una de mis ídolos cuando era pequeña, la campeona olímpica en gimnasia deportiva que logró un 10 en paralelas, Nadia Comaneci, y que al cabo de los años denunció esta situación.
Llámame ingenua, pero soy de la opinión que también se puede entrenar a deportistas de élite utilizando métodos positivos, enérgicos y motivadores, no humillando a las personas. Aunque la presión esté, no quiero creer que en todos los deportes sea así.
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